domingo, 11 de marzo de 2007

El agua de San Juan está en peligro de extinción



La cuenca endorreica más importante de Argentina, en cuanto a su superficie, es la del río Desaguadero, que pertenece a la vertiente Atlántica. El intenso aprovechamiento de sus aguas hace que en la actualidad su caudal superficial se agote antes de desembocar en el río Salado, tributario del río Colorado, que es quien entrega en el Atlántico.

La introducción de referencia, le permite al ingeniero en minas, Hugo González, sostener que “esta conexión continua a través del subsuelo y que, aunque no se cuente con documentación que lo avale, sabemos que los ríos San Juan y Jachal pertenecen a esta cuenca y toda la provincia de San Juan se concentra en estos dos colectores, cuyos regímenes se asocian estrechamente con la disponibilidad hídrica de las precipitaciones líquidas, sólidas y los glaciares de la alta cordillera”.
Los proyectos mineros de Barrick Gold, de Veladero y Pascua Lama, se hallan asentados sobre las nacientes del río Las Taguas que con ese nombre se une al río Valle del Cura, luego Blanco hasta el dique Cuesta del Viento y a partir de allí nace el río Jachal, que se extiende hasta las “Ciénagas Verdes”. Desaparece de la superficie y su cauce seco transporta agua en forma esporádica, integra las subcuenca subterránea del río Bermejo (Superior e Inferior) hasta el Desaguadero del Bermejo (barrales o lagunas temporales) y pasa a formar parte del río Desaguadero. Así escurre la vertiente norte.
El caudal sur, en cambio, origina el río San Juan, y en sus nacientes también pretenden explotar dos proyectos mineros mediante el método a tajo abierto por lixiviación de compuestos químicos con cianuro y ácido sulfúrico, como los de Barrick pero en esta ocasión se trata de Pachón y El Casposo, entre otros casos aun en etapa exploratoria o de factibilidad. La cadena de arroyos y ríos menores que se verán afectados es de importancia: los arroyos Pachón, Mondaca y Mondaquita tributan en el río Santa Cruz y éste en el río de Las Lagunas para formar el río Blanco, que entrega su caudal al río Los Patos, afluente del castaño, precisamente donde se halla el proyecto minero El Casposo formando el río San Juan. El río que lleva el nombre de la provincia concluye en el río Desaguadero del Bermejo, pasando a formar parte del río Desaguadero. “He aquí como confluyen ambos surcos de agua”, recuerda, el ingeniero en minas Hugo González, y vale como introducción al debate central: dos cuencas cubren la provincia del río San Juan, río Jachal y río San Juan, en sus nacientes, en las altas cumbres de la Cordillera de los Andes, ya comenzó el megaproyecto de minería metalífera para extraer oro, plata, cobre, molibdeno y, en menor cantidad, plomo, mercurio, y otros minerales críticos y estratégicos que las transnacionales de la minería suelen ocultar sin hacerlos figurar en el motivo de la explotación. Nos referimos al lado argentino, no olvidemos que los minerales se hallan en ambos limites y serán capturados mediante un tratado de Implementación Conjunta Argentino-Chileno, que cede el territorio en una extensa franja en la cima de los Andes, a las corporaciones del norte. Chile padece lo mismo, pero en otras cuencas, ríos y glaciares. La actividad que generarían los dos gigantescos complejos mineros de San Juan (y de Chile) que hemos nombrado, Pachón-Pelambres y Veladero ya en funcionamiento y Pascua Lama, nos permite afirmar que el agua en esta provincia tiene los días contados. Para ello deberíamos reconocer que Barrick altera deliberadamente cifras, datos y presenta un informe de impacto ambiental (IIA) cuestionado por múltiples instituciones intermedias de los dos países. Barrick afirma, en sus presentaciones de factibilidad, que el principal insumo de sus proyectos Veladero y Pascua Lama es la cal y en segundo lugar el cianuro de sodio. Creemos oportuno decir que estamos siendo ofendidos y estafados, porque el principal insumo de estos emprendimientos es el agua y el segundo corresponde a la energía.
Está visto que al no pagar por ellos, no los tiene en cuenta, al mismo tiempo que tamaña omisión le permite eludir que se repare en los consumos del agua y de la energía. Barrick usará energía en los complejos Veladero y Pascua Lama (incluido el proyecto contiguo, Penélope) equivalente a la que produce la central nuclear Atucha; más de 300 MW de potencia instalada; la obtendrá de una línea minera que transportará la energía de 500 Kv., que paga actualmente el pueblo de San Juan en sus boletas de luz, y verterá y quemará gas oil a 0,40 centavos el litro, porque una de las tantas leyes que benefician a las transnacionales las exime de impuestos a los combustibles. Por lo visto, para Barrick la energía no es un insumo relevante. En el IIA apenas dice que “la energía eléctrica será abastecida a través de una línea de alta tensión”, sin mayores alusiones. ¿Y el agua?, otro caso indignante, las mineras no pagan por ella. Barrick dice que consumirá en el proyecto total de Veladero, 110 litros de agua por segundo, cuando la literatura académica advierte que para semejante proyecto que ya está en marcha el consumo ronda el metro cúbico, es decir, 1000 litros por segundo. La demanda máxima de agua en Pascua Lama -dice Barrick- fue estimada en 350 litros por segundo y será abastecida desde el río Las Taguas, en Argentina, para uso minero industrial del proyecto, procesamiento del mineral y en el deposito de colas, además de otros usos menores (IIA de Knight Piésold Consulting de Pascua Lama, Sección 3.2.8), pero conforme a nuestras observaciones ratificadas por el Manual de la Oficina de Minas de os Estados Unidos, datos calculados por la magnitud del complejo que nos ocupa, Pascua Lama utilizará más de tres metros cúbicos de agua por segundo, es decir, tres mil litros por segundo. Cuando funcionen a pleno los proyectos Veladero, Pascua Lama y Penélope, la empresa Barrick debería responder por un consumo de agua superior a los cuatro mil litros por segundo. Sabemos que cada vivienda del Gran San Juan promedia un consumo de 2,3 metros cúbicos por día, es decir, 2300 litros por día (cada habitante del Gran San Juan consume diariamente 0,560 litros). Una simple comparación nos lleva a estimar que el agua que consume una familia tipo en un día, Barrick lo gastará en un segundo. Utilizará el agua que fabrica la Cordillera, dejará sin agua a la provincia de San Juan, contaminará el resto que pueda escurrir laderas abajo y, además, no pagará lo que consuma ni la descomunal destrucción de los ecosistemas.

Citamos en un solo ejemplo, pero la provincia de San Juan se ve amenazada por muchos emprendimientos mineros de semejante magnitud al de Pascua-Lama. De consolidarse la invasión minera habrá que estimar el impacto del Pachón y de Casposo, y los casi cuarenta complejos extractivos que se anuncian en esta provincia cuyana.
Con los proyectos de Pachón, Casposo, Penélope, Veladero y Pascua Lama, los habitantes de ésta provincia se quedaran sin agua, e imaginar el daño multiplicador de una treintena de nuevos proyectos que esperan en las gateras de esta región, supone un ejercicio masoquista, aunque inevitable. No hemos calculado aquí el agua que requiere la actividad agrícola de San Juan. No fue necesario. Con estos datos y un poco de sentido común, vemos como la agricultura cederá su espacio al desierto minero. En realidad, las transnacionales del saqueo usurparán el espacio de la agricultura y de los asentamientos humanos. Hace apenas unos días consiguieron otro gran triunfo, que se creara la Secretaria de Minería con rango Ministerial. Ahora tienen el camino libre. Seria inmoral la pasividad del pueblo, si solo se moviliza al comprobar tardíamente que:

¡EL AGUA DE SAN JUAN YA NO EXISTA!

Cambio climático, plantaciones y sumideros de carbono: un problema creado



Movimiento mundial para los bosques tropicales (WRM)40

El clima de nuestro planeta es un sistema complejo resultante de la interacción de la atmósfera, los océanos, las regiones de hielo y nieve, los organismos vivos y los suelos y los sedimentos y rocas, a su vez todos ellos directamente vinculados con el sol. La energía solar llega hasta la superficie de la Tierra y vuelve al espacio en forma de rayos infrarrojos, pasando por la atmósfera. La atmósfera contiene una mezcla de gases (entre ellos dióxido de carbono) que envuelve al planeta y permite pasar la energía solar pero a la vez atrapa y absorbe parte de este calor que “rebota”. Este sistema de control natural de la temperatura de la Tierra se asimila así al efecto de un invernadero, y a los gases que actúan en ese proceso se los conoce como “gases del efecto invernadero”.

El “efecto invernadero” no es en sí mismo un problema. Es más, el delicado equilibrio de dicho sistema es lo que ha creado las condiciones que permiten la vida en el planeta. El problema surge porque se ha agregado una carga artificial de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Se está poniendo una capa “de abrigo” extra que no necesitamos, y que aumenta el calor. El invernadero se está convirtiendo en un horno.
El aumento de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero responsables del cambio\n climático es una consecuencia de los actuales modelos de desarrollo, producción y consumo que fomentan una utilización excesiva de combustibles no renovables, así como de modelos de utilización de la tierra inapropiados. Los países industrializados han explotado y consumido más combustibles fósiles, bosques y otros recursos del planeta, que el Sur, lo que les permitió alcanzar el grado de poder actual. Por ello ha sido a costa de colocar a la humanidad en un estado de riesgo tal que peligra sucumbir. Es justo que recaiga en ellos la mayor parte de la responsabilidad de evitar la crisis social, ambiental y planetaria. La Convención\n Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CCC) es uno de los resultados de la Cumbre de la Tierra de 1992. se trata de un convenio legalmente vinculante dirigido a atender el problema del cambio climático mundial. En la Convención hay un reconocimiento del cambio acelerado que ha experimentado el clima del planeta en los últimos 200 años, y los graves efectos adversos que esto trae. También se admite que el origen de este cambio es el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y que la mayor parte de esas emisiones tienen su origen en los países desarrollados. Aún cuando el propio organismo encargado de asesorar a ",1]
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El aumento de dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero responsables del cambio climático es una consecuencia de los actuales modelos de desarrollo, producción y consumo que fomentan una utilización excesiva de combustibles no renovables, así como de modelos de utilización de la tierra inapropiados. Los países industrializados han explotado y consumido más combustibles fósiles, bosques y otros recursos del planeta, que el Sur, lo que les permitió alcanzar el grado de poder actual. Por ello ha sido a costa de colocar a la humanidad en un estado de riesgo tal que peligra sucumbir. Es justo que recaiga en ellos la mayor parte de la responsabilidad de evitar la crisis social, ambiental y planetaria.

La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CCC) es uno de los resultados de la Cumbre de la Tierra de 1992. se trata de un convenio legalmente vinculante dirigido a atender el problema del cambio climático mundial. En la Convención hay un reconocimiento del cambio acelerado que ha experimentado el clima del planeta en los últimos 200 años, y los graves efectos adversos que esto trae. También se admite que el origen de este cambio es el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera y que la mayor parte de esas emisiones tienen su origen en los países desarrollados.

Aún cuando el propio organismo encargado de asesorar a
para los países más contaminantes. Pero ni aún eso está en vías de alcanzar. 40 Contacto:
raquelnu@wrm.org.uy/; www.wrm.org.uy En 1997 se realizó en Kyoto, Japón, la 3º Conferencia de las Partes (COP) de la CCC, que aprobó el Protocolo de la Convención. En su artículo 12, el Protocolo incluye la figura del “Mecanismo de Desarrollo Limpio”. Supuestamente se trata de que los países del Norte inviertan en proyectos de desarrollo sustentable en el Sur, pero en realidad – y así se declara incluso – constituye una “ayuda” para permitir a los países industrializados cumplir con el compromiso de reducción de emisiones, ya que pueden canjear esas inversiones por emisiones. La plantación de monocultivos forestales figura como una de las formulas de canje de emisiones aceptadas. Y para colmo e males, dentro de esa formula se están aceptando las plantaciones de árboles transgénicos. ",1]
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la CCC – el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climáticos (IPCC, en ingles) – anunció que es necesario reducir en un 60 % las emisiones de los gases de efecto invernadero con relación a los niveles de 1990, el Protocolo de Kyoto prevé apenas una reducción del 5,2 % para los países más contaminantes. Pero ni aún eso está en vías de alcanzar.


40 Contacto:
raquelnu@wrm.org.uy/; www.wrm.org.uy
En 1997 se realizó en Kyoto, Japón, la 3º Conferencia de las Partes (COP) de la CCC, que aprobó el Protocolo de la Convención. En su artículo 12, el Protocolo incluye la figura del “Mecanismo de Desarrollo Limpio”. Supuestamente se trata de que los países del Norte inviertan en proyectos de desarrollo sustentable en el Sur, pero en realidad – y así se declara incluso – constituye una “ayuda” para permitir a los países industrializados cumplir con el compromiso de reducción de emisiones, ya que pueden canjear esas inversiones por emisiones. La plantación de monocultivos forestales figura como una de las formulas de canje de emisiones aceptadas. Y para colmo e males, dentro de esa formula se están aceptando las plantaciones de árboles transgénicos.

En el largo proceso de las sucesivas Conferencias de las Partes (COPs), países de peso, como Estados Unidos – responsables del 25 % del total mundial de emisiones de gases de efecto invernadero – se negaron a cumplir los compromisos acordados en Kyoto. Esto hizo pensar a algunos observadores que el Protocolo podría naufragar. En ese contexto, Japón – otro de los grande contaminantes – presionó en la COP 8 (2002) para llegar a un acuerdo que “salvará” al Protocolo, (aunque no al planeta), y que permite que las plantaciones forestales sean descritas como “sumideros de carbono”. Se dio cabida a las plantaciones con el argumento de que la absorción temporal o incierta, siquiera por unos pocos años, tiene efectos positivos. Un negocio redondo para unos pocos. Pero ¿qué es lo que sigue? Si las plantaciones se talan, vuelven a liberar CO2 y estaríamos casi como al principio, la alternativa\n seria seguir plantando indefinidamente hasta que los árboles - ¿quizá de una sola especie conveniente, como el eucalipto? – inunden la faz de la Tierra. Tendríamos así millones de hectáreas de basureros de carbono ocupando superficies que deberían proveer a las poblaciones locales de alimentos y sustento ¿suena ecológico? Se sigue ignorando que la conservación de los bosques debe ser considerada como una medida para evitar que el problema se agrave. Incluir la conservación de los bosques en un mecanismo de mercado seguramente no fue una buena opción, pero ignorar que es necesario contar con financiamiento y con voluntad\n política para mantener y recuperar los bosques – aunque sea como medida para evitar cambios peligrosos del clima – significa perder una oportunidad. Y eso tal vez lo paguemos muy caro. En la retorcida lógica de los negociadores del clima, ¡es más conveniente talar un bosque primario y reemplazarlo por una plantación de árboles de rápido crecimiento, que supuestamente absorben más carbono (lo cual a menudo no es así)! La idea de que cuando la vegetación está en crecimiento la absorción del carbono es mayor que el carbono liberado permitió eclipsar el hecho d que los bosques nativos almacenan grandes cantidades de carbono, manteniendo en circunstancias normales un equilibrio básico a lo largo del tiempo entre el carbono liberado y el absorbido. ",1]
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En el largo proceso de las sucesivas Conferencias de las Partes (COPs), países de peso, como Estados Unidos – responsables del 25 % del total mundial de emisiones de gases de efecto invernadero – se negaron a cumplir los compromisos acordados en Kyoto. Esto hizo pensar a algunos observadores que el Protocolo podría naufragar. En ese contexto, Japón – otro de los grande contaminantes – presionó en la COP 8 (2002) para llegar a un acuerdo que “salvará” al Protocolo, (aunque no al planeta), y que permite que las plantaciones forestales sean descritas como “sumideros de carbono”. Se dio cabida a las plantaciones con el argumento de que la absorción temporal o incierta, siquiera por unos pocos años, tiene efectos positivos. Un negocio redondo para unos pocos. Pero ¿qué es lo que sigue? Si las plantaciones se talan, vuelven a liberar CO2 y estaríamos casi como al principio, la alternativa seria seguir plantando indefinidamente hasta que los árboles - ¿quizá de una sola especie conveniente, como el eucalipto? – inunden la faz de la Tierra. Tendríamos así millones de hectáreas de basureros de carbono ocupando superficies que deberían proveer a las poblaciones locales de alimentos y sustento ¿suena ecológico?

Se sigue ignorando que la conservación de los bosques debe ser considerada como una medida para evitar que el problema se agrave. Incluir la conservación de los bosques en un mecanismo de mercado seguramente no fue una buena opción, pero ignorar que es necesario contar con financiamiento y con voluntad política para mantener y recuperar los bosques – aunque sea como medida para evitar cambios peligrosos del clima – significa perder una oportunidad. Y eso tal vez lo paguemos muy caro. En la retorcida lógica de los negociadores del clima, ¡es más conveniente talar un bosque primario y reemplazarlo por una plantación de árboles de rápido crecimiento, que supuestamente absorben más carbono (lo cual a menudo no es así)! La idea de que cuando la vegetación está en crecimiento la absorción del carbono es mayor que el carbono liberado permitió eclipsar el hecho d que los bosques nativos almacenan grandes cantidades de carbono, manteniendo en circunstancias normales un equilibrio básico a lo largo del tiempo entre el carbono liberado y el absorbido.
Las industrias productoras de combustibles fósiles – empresas petroleras como Exxon/Mobil (EE.UU.), Shell (Holanda/Reino Unido), BP/Amoco (Reino Unido), TotalFinaElf (Francia/Belgica), Chevron/Texaco (EE.UU.), Repsol/YPF (España / Argentina), ENI/AGIP (Italia), OXI (EE.UU.) – varios funcionarios de los Estados Unidos y algunos gobiernos del Norte, más todos los intereses creados en torno al negocio del carbono, son aceptables a medida que pueden ser “compensadas” por otra actividad que absorba CO2 – como plantar árboles que, por la fotosíntesis, convierten el CO2 en carbón vegetal – o reduzca el nivel de emisiones. Así, las emisiones de carbono, que en un principio fueron consideradas un peligro inminente, se convirtieron en mercancía. Empezaron a predominar\n criterios comerciales y las acciones vinculadas al clima pasaron a ser consideradas principalmente en términos contables y especulativos. Los grandes consumidores de combustibles fósiles compran la autorización para seguir contaminando. Estas propuestas descartan totalmente que en el futuro se utilice menos carbono. Los países industrializados pueden así con sus emisiones, componiendo su imagen mediante el pago de algunos dineros a los países pobres, que terminan “vendiendo” su medio ambiente. Las “compensaciones de emisiones de carbono” como los monocultivos a gran escala de árboles, no son soluciones. Entre muchos otros males, agravan la perdida de la biodiversidad que, como ha reconocido un\n grupo de científicos del Centro de Biología Poblacional del Imperial Collage de Silwood Park, Reino Unido, en un articulo publicado en Nature, “puede reducir la capacidad de los ecosistemas terrestres de absorber CO",1]
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Las industrias productoras de combustibles fósiles – empresas petroleras como Exxon/Mobil (EE.UU.), Shell (Holanda/Reino Unido), BP/Amoco (Reino Unido), TotalFinaElf (Francia/Belgica), Chevron/Texaco (EE.UU.), Repsol/YPF (España / Argentina), ENI/AGIP (Italia), OXI (EE.UU.) – varios funcionarios de los Estados Unidos y algunos gobiernos del Norte, más todos los intereses creados en torno al negocio del carbono, son aceptables a medida que pueden ser “compensadas” por otra actividad que absorba CO2 – como plantar árboles que, por la fotosíntesis, convierten el CO2 en carbón vegetal – o reduzca el nivel de emisiones.
Así, las emisiones de carbono, que en un principio fueron consideradas un peligro inminente, se convirtieron en mercancía. Empezaron a predominar criterios comerciales y las acciones vinculadas al clima pasaron a ser consideradas principalmente en términos contables y especulativos. Los grandes consumidores de combustibles fósiles compran la autorización para seguir contaminando. Estas propuestas descartan totalmente que en el futuro se utilice menos carbono. Los países industrializados pueden así con sus emisiones, componiendo su imagen mediante el pago de algunos dineros a los países pobres, que terminan “vendiendo” su medio ambiente.

Las “compensaciones de emisiones de carbono” como los monocultivos a gran escala de árboles, no son soluciones. Entre muchos otros males, agravan la perdida de la biodiversidad que, como ha reconocido un grupo de científicos del Centro de Biología Poblacional del Imperial Collage de Silwood Park, Reino Unido, en un articulo publicado en Nature, “puede reducir la capacidad de los ecosistemas terrestres de absorber CO
2 antropogénico”. Las soluciones verdaderas no son sofisticadas. Se trata de conservar energía, reducir el consumo, utilizar más equitativamente los recursos, así como fuentes de energía limpia, renovables y de bajo impacto. Pera eso hace falta la voluntad política de los gobiernos, que escasea o, cuando existe, debe enfrentarse a intereses muy poderosos e implacables. Ante ello, la garantía para lograr los cambios imperativos e imprescindibles que eviten las catástrofes anunciadas sigue siendo la participación popular exigiendo que se cumplan los compromisos que ya fueron asumidos pero aún permanecen incumplidos, y cuestionando los criterios mercantilistas predominantes a nivel empresarial y gubernamental. El grupo de Durban está en es\n camino. Se trata de una coalición de ONGs, activistas sociales y ambientales, comunidades, académicos, científicos y economistas de todo el mundo preocupados por el cambio climático, que llaman a crear un movimiento mundial contra el cambio climático. El grupo denuncia el equivocado enfoque actual de las negociaciones internacionales y sostiene que el mismo debe ser contrarrestado a través de la participación activa de un movimiento mundial de pueblos del Norte y del Sur para retomar el clima en nuestras manos. ",1]
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2 antropogénico”.

Las soluciones verdaderas no son sofisticadas. Se trata de conservar energía, reducir el consumo, utilizar más equitativamente los recursos, así como fuentes de energía limpia, renovables y de bajo impacto. Pera eso hace falta la voluntad política de los gobiernos, que escasea o, cuando existe, debe enfrentarse a intereses muy poderosos e implacables.

Ante ello, la garantía para lograr los cambios imperativos e imprescindibles que eviten las catástrofes anunciadas sigue siendo la participación popular exigiendo que se cumplan los compromisos que ya fueron asumidos pero aún permanecen incumplidos, y cuestionando los criterios mercantilistas predominantes a nivel empresarial y gubernamental.

El grupo de Durban está en es camino. Se trata de una coalición de ONGs, activistas sociales y ambientales, comunidades, académicos, científicos y economistas de todo el mundo preocupados por el cambio climático, que llaman a crear un movimiento mundial contra el cambio climático. El grupo denuncia el equivocado enfoque actual de las negociaciones internacionales y sostiene que el mismo debe ser contrarrestado a través de la participación activa de un movimiento mundial de pueblos del Norte y del Sur para retomar el clima en nuestras manos.
Es necesario que tod@s participemos de una u otra forma para enfrentar el problema del cambio climático. Al mismo tiempo, que se tome conciencia de que tod@s tenemos el derecho de\n hacerlo, independientemente del nivel de “experticia” que podamos tener: el cambio climático afecta a expertos y no expertos por igual. No solo eso, sin duda – como ya los estamos presenciando con los últimos fenómenos climáticos – afecta más a los sectores desposeídos, y al que seguramente los expertos no pertenecen. Por eso, es necesario que el tema del clima sea incorporado a los programas de las diversas organizaciones que trabajan tanto en derechos humanos, como en la conservación de la biodiversidad, la agricultura, la contaminación industrial, los derechos e los pueblos indígenas o las comunidades urbanas pobres. Solo cuando esto comience a suceder podrá la Tierra y sus habitantes humanos y no humanos, tener una posibilidad de sobrevivir. ",1]
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Es necesario que tod@s participemos de una u otra forma para enfrentar el problema del cambio climático. Al mismo tiempo, que se tome conciencia de que tod@s tenemos el derecho de hacerlo, independientemente del nivel de “experticia” que podamos tener: el cambio climático afecta a expertos y no expertos por igual. No solo eso, sin duda – como ya los estamos presenciando con los últimos fenómenos climáticos – afecta más a los sectores desposeídos, y al que seguramente los expertos no pertenecen.

Por eso, es necesario que el tema del clima sea incorporado a los programas de las diversas organizaciones que trabajan tanto en derechos humanos, como en la conservación de la biodiversidad, la agricultura, la contaminación industrial, los derechos e los pueblos indígenas o las comunidades urbanas pobres. Solo cuando esto comience a suceder podrá la Tierra y sus habitantes humanos y no humanos, tener una posibilidad de sobrevivir.

Bloqueo de ambientalista contra minería a cielo abierto

Ambientalistas riojanos impedían este mediodía el acceso a la zona del cerro Famatina que explora la compañía minera Barrick Gold, para obstaculizar sus tareas, y anunciaron el corte de la ruta nacional 38 para el próximo miércoles, a la altura del cruce vial de Patquía.

El corte en Peña Negra, que es el acceso al cordón
montañoso por el lado del departamento Famatina,
comenzó ayer a las 16 y se extenderá por 72 horas en
principio, aunque algunos asambleístas advirtieron que
podría ser por "tiempo indeterminado", según dijo
desde el lugar la vocera de los manifestantes, Yenny
Luján, a FM América.

Explicó que "es para decir fuera Barrick de Famatina.
No los queremos acá, porque ya tenemos una ley que
prohíbe la explotación minera", remarcó.

La protesta impedía la entrada y salida de camiones
con insumos y materiales hacia la mina, ubicada a unos
300 kilómetros de esta capital provincial.

Luján hacía referencia a la ley sancionada ayer por
unanimidad, aún con los legisladores mazistas, en la
Cámara de Diputados que prohíbe la actividad minera a
cielo abierto que utilice cianuro en el tratamiento de
los minerales.

Los diputados crearon además una comisión
investigadora sobre el contrato que la empresa Yamiri
- primero estatal, desde hace unos años Sociedad
Anónima - firmó con la minera canadiense Barrick Gold.

Las asambleas de ambientalistas de Chilecito,
Famatina, Capital y otros lugares de la provincia
anunciaron hoy que el próximo miércoles 14 de marzo
cortarán nuevamente - por tercera vez - la ruta
nacional 38 a 70 kilómetros de la Capital, que
comunica el norte del país con Cuyo y Córdoba; y la
Capital con Chilecito.

Esa interrupción comenzará a las 6 de la mañana y se
extenderá hasta las 18, aunque en las dos protestas
anteriores dejaban pasar cada una ó dos horas a los
vehículos, a excepción de los camiones de la Barrick
que operan en territorio riojano y catamarqueño, en
Bajo la Alumbrera.

Mientras tanto, hoy se conoció un comunicado del
director de Asuntos Corporativos, Rodrigo Jiménez, de
Barrick Sudamérica sobre las denuncias públicas de
esta semana en torno al convenio entre Yamiri S.A. y
la firma canadiense.

"La exploración que se lleva a cabo está en una etapa
muy preliminar de desarrollo. Es uno de los más de 100 proyectos en exploración que tiene la compañía alrededor del mundo. Dentro de este listado, Famatina no es un proyecto prioritario para Barrick", minimizó.

Y agregó: "El foco de las actividades de Barrick en la Argentina se encuentra específicamente en la provincia de San Juan, en la operación de la mina Veladero y en el proyecto binacional Pascua-Lama. Por el momento, en el país, el resto de las exploraciones son complementarias y prescindibles", añadió.

Fuente: DyN